jueves, 16 de junio de 2016

"DE LA ESCUELA A LA FÁBRICA". David Gómez



Mª Luisa Eguizábal Pastor

Nació el 7 de Octubre de 1940

Zaragoza

Vivíamos en la plaza de la Magdalena, en una casa deteriorada, a la que poco le faltaba para derrumbarse. Fue entonces cuando mi familia compró un pequeño terreno y con ayuda de los compañeros de trabajo de mi padre construimos una nueva parcela. Durante mi infancia, no teníamos agua corriente, recuerdo que mi padre me preparó un soporte con dos pozales para ir a recoger agua al canal que  estaba demasiado lejos y debía de subir una gran pendiente. Un tiempo más tarde, mi padre sufrió un infarto al corazón. El falleció muy joven dejándonos aun la casa sin acabar, y entre mi madre y yo conseguimos apañárnoslas. No era mucho mejor que la anterior, ya que los materiales no eran muy resistentes y cada cierto tiempo aparecían pequeños desperfectos.

Al año siguiente, empecé a trabajar porque no tuve tiempo para ir a la escuela, a los doce años. Trabajaba en una fábrica, situada casi en las afueras de la ciudad en la que cada noche tenía que recorrer una larga travesía. En ella realizaba haciendo figuras de escayola en la que cobraba 35 pesetas al mes. Me acuerdo de que mi hermano me llevaba el almuerzo al trabajo todos los días después de que saliese de la escuela para no perder un minuto de trabajo. Era la única que podía traer algo de dinero a mi casa ya que mi madre se encargaba de la casa y mis hermanos estudiaban en el colegio. Hacia horas extra descargando pesadas cajas y amontonándolas más tarde, recibiendo un salario extra, que tampoco era mucho aunque en aquellos momentos, lo más mínimo era necesario. Estuve durante un tiempo hasta que a los 16 años me trasladé a una fábrica de papel. 

Éramos una familia humilde. En ese momento a las familias más necesitadas nos otorgaban unos cupones que ofrecían leche en polvo y queso, que tenía que ir a buscarlo hasta un colegio situado en el Portillo. Esto fue durante un breve periodo de tiempo y cuando esto acabó, hubo escasez de alimentos en la que te otorgaban una cartilla de racionamiento que ofrecía una barra de pan por familia. 

Seguí trabajando unos años hasta que más tarde me casé a los 23 años. En los próximos años, ayudaba en su trabajo de la construcción,  poco antes de acabar la posguerra lo dejé. Fue entonces cuando compré un nuevo negocio, tuve a mis dos hijas y un tiempo más tarde, nos mudamos a  otra parte de Zaragoza.
En resumen, la posguerra fue una época que me fue marcada por haber empezado a trabajar siendo tan solo una niña.
                                                                                                               David Gómez 4ºB











































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