Ángela Gimeno Latorre.
Nació el 6 de diciembre de 1945.
Cuevas de Cañart (Teruel).
No sabía
mucho sobre todo lo que estaba ocurriendo en esa época, me guiaba gracias a los
rumores y los pequeños fragmentos de conversaciones sueltas que podía escuchar
de la gente del pueblo… Era todo lo que estaba al alcance de una niña de 6
años.
Por aquel
entonces, no teníamos mucho dinero. Mi padre tenía un huerto en el que
trabajaba muy duro para poder alimentarnos y unos cuantos animales que también
nos podían ayudar, la ropa la solía recibir de una tía mía que vivía en la
ciudad y podía permitírselo. Yo dormía en una cama de paja, si se podía llamar
cama… Recuerdo perfectamente las oscuras noches en las que de vez en cuando se
escuchaba un ligero ruido debajo de mí, y al momento yo podía suponer que algún
insecto rondaba por allí. Pero eso no me asustaba, ya que había peores cosas de
las que preocuparse.
Por las
mañanas tuve la suerte de poder ir a la escuela, aunque no duró mucho tiempo ya
que debía ir a ayudar a mi padre en el campo. Todas las tardes llevaba la misma
rutina de trabajo y siempre comía unas pocas aceitunas cuando llegaba la hora.
Tengo en la
memoria una de estas tardes en especial. Me encontraba saliendo de casa con las
aceitunas de todos los días en la mano para subir al huerto con mi padre,
cuando bajaba por la calle el vecino de enfrente. Mi padre y él se saludaron
cordialmente y el añadió: “¡Con La
Pastora me acabo de cruzar!, bajaba yo de mi huerto y ella cogía el camino
hacia el monte.”
La Pastora
era una famosa guerrillera maqui que en esa época se encontraba por los
alrededores del pueblo. En esos años, yo no podía saber mucho de ella a causa
de mi corta edad, pero ahora sé que se mantenía escondida en las cuevas que
había por la zona y vivía allí con el resto de los maquis.
Los maquis
eran guerrilleros antifranquistas que estaban muy perseguidos. Las cárceles
estaban llenas de ellos y debían mantenerse escondidos para no ser capturados,
además, sé que La Pastora nació en la provincia de Teruel, pero muchos de ellos
procedían de lugares más alejados de España.
Además de
nuestro huerto, junto a él mi padre poseía una masada, que es como una casa muy
vieja situada en el monte en la que se podían guardar herramientas y comida. Algunas
tardes también me quedaba allí ordenando o simplemente mirando al paisaje.
Una de estas
tardes, estaba sentada en el portal de la masada recogiendo todas las almendras
que habíamos conseguido en cestas. Habrían pasado unos diez minutos cuando de
repente, me pareció ver sombras en el horizonte, ladeando las montañas. Me
encontraba asombrada en mi propio pensamiento, pero a la vez aterrada. No sabía
cómo reaccionar, ¡eran los maquis que se estaban acercando ferozmente hacia el
pueblo! Mi padre no se inmutaba, seguía
con su trabajo. Yo seguí mirando y mirando y al rato me di cuenta de que no
iban a gran velocidad, parecía que se habían parado, y al pasar más tiempo de
di cuenta de que sólo era una gran arboleda al pie de las montañas.
El miedo a lo
desconocido me hacían ver cosas que no estaban ocurriendo.
Los maquis no
tenían malas intenciones, no pretendían hacer daño a nadie aunque a mí me diera
esa impresión. Simplemente querían esconderse para no ser capturados y
conseguir sobrevivir.
Muchas veces
pensé que los maquis y La Pastora eran una simple leyenda ya que apenas se
dejaban ver y cuando alguien les veía, intentaba esquivarlos por miedo.
Lo que me
hizo creer que íi que eran reales y que se encontraban en Cuevas de Cañart,
fueron las pruebas y el rastro que dejaban cada noche, debían actuar por las
noches y ser muy sigilosos además de mantenerse alejados del cuartel de la
Guardia Civil. Muchos de ellos poseían familiares en el pueblo a los que
bajaban a visitar durante las noches para reponer fuerzas, pero cuando estos
familiares no podían satisfacer las necesidades alimentarias de todos ellos,
debían robar al resto. Normalmente, robaban a las familias conocidas más
adineradas e incluso un día robaron en el cuartel, quién sabe si quizás fue una
pequeña venganza o simplemente no les quedaba otra.
En la casa
que se encontraba al lado de la masada de mi padre también robaron un día. Lo
sé porque al ir a trabajar al campo encontramos el huerto de al lado destrozado
y sin ningún alimento, y al hablar mi padre con el pobre hombre, éste le contó
lo ocurrido.
Aunque todos
supieran lo que ocurría, nadie les podía decir nada principalmente porque no se
dejaban ver.
Respecto a La
Pastora, si hay que hablar de alguna guerrillera maqui con gran misterio es de
ella. Para empezar, en la época en la que yo era joven, no se sabía siquiera si
era hombre o mujer debido a las pocas veces que se había visto y a la gran
cantidad de rumores que había sobre ella. Años más tarde me informé y supe que
nació hombre pero que sufría una malformación física, por lo que su padre le
cambió el nombre al de una mujer para no tener que alistarle en el ejército.
Nació en un pueblo de Castellón, y durante la posguerra tuvo que huir y
esconderse en cuevas en las montañas para evitar ser capturada. Ella siempre
fue conocida como una mujer durante toda su historia, y así se sigue
manteniendo debido a su nombre, Teresa Pla Messeguer, nombre que en la
provincia de Castellón, en Cuevas de Cañart, y en mi vida, han pasado a ser de
gran importancia.
LAURA GÓMEZ
4ºB
El testimonio desde el punto de vista histórico es excepcional. Enhorabuena Laura.
ResponderEliminarhttps://es.wikipedia.org/wiki/Teresa_Pla_Meseguer
http://suite101.net/article/la-pastora-el-maquis-hermafordita-a35188#.V1fiQk_Uf1U