"UNA VIDA DIFÍCIL". Paula Ventura

Francisco Fernández Rodríguez

Nacimiento: 19/04/1940
Tobaruela (Jaén)

Estuvimos viviendo en Tobaruela hasta que tenía 6 años, nos regalaron los terratenientes (señoritos), un juguete a mí y a mis 2 hermanos mayores. Vivíamos en un cuarto todos, no teníamos casi para comer, e íbamos medio desnudos porque necesitábamos más comida que ropa.

En 1946, nos fuimos a Linares, donde nació mi hermana Rosenda, lo recordaré siempre, el correr con tantas ganas a buscar a la comadrona para que viniera a casa a ayudar a mi madre a que naciera.

Mi madre nos llevó a mi hermano Martín y a mí a un colegio de Linares, en el que sólo duramos una semana, pues tenía colitis y una mujer de allí se me llevó y me bañó en un barreño.

Todo iba tan mal, que con 8 años tuve que trabajar guardando cerdos, me daban de comer lo que querían la gentuza aquella porque eran terratenientes que me daban las sobras y echaban a perder su comida porque entonces no había nevera. Al cabo de un tiempo, harto de todo eso, dejé sueltos los tocinos y me fui.

Con 9 años, me quedaba en casa cuidando de mis dos hermanas pequeñas, y hacía la comida porque mi madre y mi hermano Antonio se iban a coger aceitunas y mi padre y mi hermano Martín a por leña. Por desgracia, nos mudamos de casa, y estuvimos 32 en un mismo espacio, y los terratenientes nos mataban a los animales, los pisaban y los degollaban.

Con 16 años me fui a trabajar a la mina ganando 96 pesetas, trabajaba de lunes a viernes 10 horas y el sábado 8.  Andaba 14 km de ida y vuelta para llegar.

En 1960 nos fuimos mi hermano Martín y yo a trabajar en Valdepeñas, al cabo de 17 días, volvimos porque murió mi padre a los 56 años. Y a raíz de ahí fue todo a peor.

Comencé como camionero, y me dieron un golpe con el que me sacaron tres costillas. Y de allí me tocó irme a la Mili en Almería. 

Al volver a casa todo fue una locura, le di todo mi sueldo ganado a mi madre porque la cosa estaba fatal, al faltar mi padre. Se vino mi tío a mantenernos, pero le acusaron de querer robar unas tierras y lo llevaron preso hasta que lo fusilaron.

En ese momento nos dimos cuenta que teníamos que irnos de allí, una imagen que recordaré siempre fue la de unos fascistas llevando a un hombre a la puerta de su casa, y llamaron a sus 5 hijos y a su mujer para que vieran como le cortaban las manos, y así fue, lo hicieron.

PAULA VENTURA 4ºC

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